Aproximadamente mil millones de personas en todo el mundo padecen niveles insuficientes de vitamina D, lo que la convierte en un importante problema de salud mundial. Estas cifras subrayan la necesidad crucial de comprender y combatir este problema generalizado. En Europa, el 40% de la población padece carencia de vitamina D, y el 13% sufre una carencia grave. Mientras tanto, en Asia, el 57% de las personas tienen niveles insuficientes de vitamina D, y el 20% entra en la categoría de deficiencia grave.
La vitamina D es una vitamina liposoluble que actúa en el organismo más bien como una hormona. Desempeña varias funciones importantes, entre ellas:
1. Apoyo al sistema inmunitario: Unos niveles adecuados de vitamina D son cruciales para un sistema inmunitario robusto. Ayuda al organismo a combatir las infecciones y puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes.
Función de las células inmunitarias: La vitamina D ayuda a modular la actividad de varias células inmunitarias, incluidas las células T, las células B y las células presentadoras de antígenos como los macrófagos y las células dendríticas. Esta modulación es crucial para una respuesta inmunitaria adecuada a las infecciones.(1)
Actividad antimicrobiana: La vitamina D puede aumentar la producción de proteínas antimicrobianas que forman parte de los mecanismos de defensa del organismo. Estas proteínas ayudan a combatir las infecciones al alterar las membranas de los microorganismos invasores.(1)
Efectos antiinflamatorios: Unos niveles adecuados de vitamina D pueden ayudar a regular la respuesta inflamatoria. La inflamación es una parte natural de la respuesta inmunitaria, pero la inflamación crónica o excesiva puede dañar el organismo. La vitamina D puede ayudar a moderar esta respuesta, reduciendo el riesgo de afecciones inflamatorias crónicas.(1)
Enfermedades autoinmunes: Algunas investigaciones sugieren que la vitamina D puede desempeñar un papel en la reducción del riesgo de enfermedades autoinmunes al regular el sistema inmunitario e inhibir que ataque a los tejidos sanos.(2)(3)
Infecciones respiratorias: Existen pruebas que sugieren que la vitamina D puede ayudar a reducir el riesgo y la gravedad de las infecciones respiratorias, incluidas las infecciones víricas como el resfriado común y la gripe. Esto es especialmente relevante para la salud del sistema respiratorio, ya que los receptores de la vitamina D se encuentran en los pulmones (4)
2. Salud ósea: La vitamina D ayuda a regular los niveles de calcio y fosfato en el organismo, que son esenciales para mantener unos huesos fuertes y sanos. Una deficiencia puede provocar huesos blandos y quebradizos, una afección conocida como raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.
Absorción del calcio: La vitamina D ayuda a los intestinos a absorber el calcio de los alimentos. Sin una cantidad suficiente de vitamina D, el organismo tendría dificultades para absorber suficiente calcio, incluso si se consume una cantidad adecuada en la dieta. El calcio es un componente fundamental del tejido óseo, y su absorción es crucial para la fortaleza de los huesos.(5)
Mineralización ósea: La vitamina D contribuye a la mineralización del tejido óseo. Este proceso implica el depósito de minerales, principalmente calcio y fosfato, en la matriz ósea, lo que confiere a los huesos su dureza y resistencia. Una cantidad adecuada de vitamina D es esencial para la correcta mineralización ósea, y una deficiencia puede provocar huesos blandos y quebradizos.(5)
Reducir el riesgo de osteoporosis: La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por huesos debilitados que son más susceptibles a las fracturas. Con el tiempo, la falta de vitamina D puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis, sobre todo en los adultos mayores. Una ingesta adecuada de vitamina D, junto con calcio, puede ayudar a reducir el riesgo de padecer esta enfermedad ósea.(6)
Varios factores pueden contribuir a una carencia de vitamina D:
Exposición inadecuada al sol: La vitamina D suele denominarse la vitamina del sol porque nuestra piel puede producirla cuando se expone a la luz solar. Las personas que viven en regiones con luz solar limitada, o las que pasan la mayor parte del tiempo en interiores, corren un mayor riesgo de sufrir carencias.
Opciones dietéticas: Pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural. Aunque puede obtenerse de fuentes como los pescados grasos, las yemas de huevo y los productos lácteos enriquecidos, muchas personas no consumen la cantidad suficiente de estos alimentos para satisfacer sus necesidades de vitamina D.
Pigmentación de la piel: La piel más oscura contiene más melanina, lo que reduce la capacidad de la piel para producir vitamina D en respuesta a la luz solar. Esto significa que las personas de piel más oscura pueden necesitar más exposición al sol para producir la misma cantidad de vitamina D que las de piel más clara.
Edad: A medida que envejecemos, nuestra piel se vuelve menos eficiente en la producción de vitamina D. Los adultos mayores son más susceptibles a la deficiencia.
Obesidad: La vitamina D es liposoluble, por lo que puede quedar secuestrada en el tejido adiposo. Las personas con obesidad pueden tener niveles más bajos de vitamina D biodisponible.
Los síntomas de la carencia de vitamina D pueden variar en gravedad y pueden incluir:
– Fatiga
– Dolor óseo y debilidad muscular
– Infecciones frecuentes
– Depresión y cambios de humor
– Caída del cabello
– Deterioro de la cicatrización de heridas
– Deformidades óseas en niños
Para tratar la carencia de vitamina D hay que aumentar su ingesta a través de la luz solar, los suplementos o la dieta:
Luz solar: Se recomienda la exposición al sol especialmente durante el mediodía, durante unos 15-20 minutos un par de veces a la semana. Los rayos ultravioleta B son el tipo específico de radiación ultravioleta responsable de estimular la producción de vitamina D en la piel. Los protectores solares desempeñan un papel crucial en la protección de la piel frente a los aspectos perjudiciales de los rayos ultravioleta B, pero pueden alterar su capacidad de producir vitamina D.
El protector solar actúa como una barrera que bloquea la penetración de los rayos UVB del sol. Aunque es importante reconocer este impacto en la síntesis de la vitamina D, es esencial priorizar el uso del protector solar como primera línea de defensa frente a posibles daños solares.
Suplementos: Los suplementos de vitamina D son una forma fiable de garantizar una ingesta adecuada, especialmente para las personas con riesgo de deficiencia o con deficiencia confirmada. Los suplementos están disponibles en dos formas:
Vitamina D2 (ergocalciferol): Esta forma es de origen vegetal y suele utilizarse en suplementos de prescripción médica.
Vitamina D3 (colecalciferol): Esta forma se deriva principalmente de fuentes animales y es la forma más comúnmente recomendada para la suplementación.
Dieta: Es esencial incorporar a la dieta alimentos ricos en vitamina D. Como ya se ha mencionado, entre las fuentes se encuentran los pescados grasos (como el salmón, la caballa y la trucha), las yemas de huevo, los productos lácteos enriquecidos (como la leche y el yogur) y los cereales enriquecidos. Sin embargo, puede ser difícil obtener suficiente vitamina D sólo con la dieta.
La carencia de vitamina D es un problema que a menudo se subestima y que tiene consecuencias importantes. Reconocer la importancia de este nutriente esencial, sus causas subyacentes y los síntomas asociados es un aspecto fundamental para abordar este problema. La aplicación de medidas proactivas para garantizar unos niveles suficientes de vitamina D puede contribuir significativamente a mejorar la salud ósea, la función del sistema inmunitario y la vitalidad general.
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Fuentes :
– (1) La vitamina D y el sistema inmunitario
– (3) La implicación de la vitamina D y la autoinmunidad: una revisión exhaustiva
– (5) Vitamina D y absorción intestinal del calcio
– (6) El efecto de la vitamina D en los huesos y la osteoporosis