Para una empresa, la responsabilidad social corporativa es la integración de las preocupaciones sociales, medioambientales y económicas en la gestión de sus operaciones. Algunos ejemplos son el apoyo a la diversidad y la igualdad en el lugar de trabajo, la reducción de la huella de carbono de la empresa y el apoyo a las comunidades locales.
Una empresa cuyos valores fundamentales estén en consonancia con la práctica responsable de la RSE tiene la oportunidad de basarse en esta base existente a la hora de estructurar su política formal de RSE de forma que se desarrolle de forma natural y evolucione con la empresa a medida que crece.
En Francia, las empresas que cumplen determinados criterios están obligadas a publicar un documento anual en el que detallan sus esfuerzos en materia de RSE, pero si una empresa no entra en esta categoría, ¿por qué debería invertir en una política sólida de RSE?